miércoles, 14 de abril de 2010

Domingo 3º de Pascua (B)

PRIMERA LECTURA

Lectura del libro de los Hechos de los apóstoles 3, 13-15.17-19

En aquellos días, Pedro dijo a la gente:
- «El Dios de Abrahán, de Isaac y de Jacob, el Dios de nuestros padres, ha glorificado a su siervo Jesús, al que vosotros entregasteis y rechazasteis ante Pilato, cuando había decidido soltarlo. Rechazasteis al santo, al justo, y pedisteis el indulto de un asesino; matasteis al autor de la vida, pero Dios lo resucitó de entre los muertos, y nosotros somos testigos. Sin embargo, hermanos, sé que lo hicisteis por ignorancia, y vuestras autoridades lo mismo; pero Dios cumplió de esta manera lo que había dicho por los profetas, que su Mesías tenía que padecer. Por tanto, arrepentíos y convertíos, para que se borren vuestros pecados.»

Palabra de Dios.


SALMO RESPONSORIAL Sal 4,2. 7.9

R. Haz brillar sobre nosotros la luz de tu rostro, Señor.

Escúchame cuando te invoco,
Dios, defensor mío;
tú que en el aprieto me diste anchura,
ten piedad de mí y escucha mi oración. R.

Hay muchos que dicen:
«¿Quién nos hará ver la dicha,
si la luz de tu rostro
ha huido de nosotros?» R.

En paz me acuesto
y en seguida me duermo,
porque tú solo, Señor,
me haces vivir tranquilo. R.


SEGUNDA LECTURA

Lectura de la primera carta del apóstol san Juan 2, 1-5

Hijos míos, os escribo esto para que no pequéis. Pero, si alguno peca, tenemos a uno que abogue ante el Padre: a Jesucristo, el Justo. Él es víctima de propiciación por nuestros pecados, no sólo por los nuestros, sino también por los del mundo entero. En esto sabemos que lo conocemos: en que guardamos sus mandamientos. Quien dice: «Yo lo conozco», y no guarda sus mandamientos, es un mentiroso, y la verdad no está en él. Pero quien guarda su palabra, ciertamente el amor de Dios ha llegado en él a su plenitud. En esto conocemos que estamos en él.

Palabra de Dios.


EVANGELIO



Lectura del santo evangelio según san Lucas 24, 35-48

En aquel tiempo, contaban los discípulos lo que les había pasado por el camino y cómo habían reconocido a Jesús al partir el pan. Estaban hablando de estas cosas, cuando se presenta Jesús en medio de ellos y les dice:
- «Paz a vosotros.»
Llenos de miedo por la sorpresa, creían ver un fantasma. Él les dijo:
- «¿Por qué os alarmáis; ¿por qué surgen dudas en vuestro interior? Mirad mis manos y mis pies: soy yo en persona. Palpadme y daos cuenta de que un fantasma no tiene carne y huesos, como veis que yo tengo.»
Dicho esto, les mostró las manos y los pies. Y como no acababan de creer por la alegría, y seguían atónitos, les dijo:
- «¿Tenéis ahí algo de comer?»
Ellos le ofrecieron un trozo de pez asado. Él lo tomó y comió delante de ellos. Y les dijo:
- «Esto es lo que os decía mientras estaba con vosotros: que todo lo escrito en la ley de Moisés y en los profetas y salmos acerca de mí tenía que cumplirse.»
Entonces les abrió el entendimiento para comprender las Escrituras. Y añadió:
- «Así estaba escrito: el Mesías padecerá, resucitará de entre los muertos al tercer día y en su nombre se predicará la conversión y el perdón de los pecados a todos los pueblos, comenzando por Jerusalén. Vosotros sois testigos de esto.»

Palabra del Señor.

1 comentario:

  1. Considera que la Primera lectura nos centra en un a realidad de un Dios de todos, de un Dios universal, y en la Eucaristía se manifiesta la gloria de su Poder,, sto nos indica cuan grande es el,
    El salmo hace un reonocimien to de esea gloria dice la antifona has brilalr sobre nosotros tu gloria, tu poder, es decir todolo que es amor, esd gracia es cambio
    La segunda Lectura.Juan ce centar que no volvamos a pecar mas, y ahi resideelpropblema del ser humano, solo nos queda recoocernos pecvadrows, llenos de ese mal y en la espera de su misericordia cada dia enc ada Eucaristía, comunión, reconcilian y servicio del bien comun que hagamos a los demás
    El Evangelio nos centra ene l asombro de los apóstoles, mientras ellos comentaban la experiencia de Emaus, pero nos abre a una realidad, Jesús ha vencido la muerte y la soberbia y orgullo y vanidad del hombre, peroe ste se esconde en su naturaleza humana y se pierde por el desisertod e la inoperante y la desobediencia.
    Este tiempo pascual, nos abra el corazón plenamente y la mente se centre en Señor Resuiciatdo que con su muerte nos realo la Resurrección para siempre, estemos alegres por ello, pero esforsemonos por una metanoia y una Convertio de verdad y ahora,

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